San Vicente de Paúl  

Tenéis que pensar con frecuencia que vuestro principal negocio y lo que Dios os pide particularmente es que tengáis mucho cuidado en servir a los pobres que son vuestros señores. Sí, hermanas mías, son nuestros amos. (…) tenéis que tener cuidado de que no les falte nada en lo que vosotras podáis, tanto para la salud de su cuerpo, como para la salvación de su alma (San Vicente).

Vicente de Paúl fue reconocido santo por la iglesia en 1737 y declarado patrono de las obras caritativas. Como cada uno de nosotros, la santidad del Señor Vicente tiene un largo camino que lo condujo a Dios. Su impulso fue aventurarse a abrir los oídos de su corazón al soplo del espíritu, día tras día.

San Juan Bosco

“Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.”

San Juan Bosco fue un educador excepcional. Su inteligencia aguda, su sentido común y su profunda espiritualidad le llevaron a crear un sistema de educación capaz de desarrollar la persona en su totalidad – cuerpo, corazón, mente y espíritu. Fué beaificado el 2 de junio de 1929, es patrono del Cine, Magos e ilusionistas, Escuelas artesanales, la imprenta  la Juventud.

Santa Luisa de Marillac

No basta con ir y dar, sino que es necesario un corazón purificado de todo interés, (…) tenemos que tener continuamente ante la vista nuestro modelo, que es la vida ejemplar de Jesucristo a cuya imitación estamos llamadas, no solamente como cristianas, (…) para servirle en la persona de los pobres. Santa Luisa (C. 257).

Luisa de Marillac nació en el siglo XVI. Sin embargo, es muy cercana a nuestras preocupaciones cotidianas. En medio de las vicisitudes de su vida, abrió progresivamente su corazón a la luz de Dios.